NO ME CORTES LAS ALAS

G,TR

No me cortes las alas,

No lo hagas, por favor,

Aún no.

No me cortes las alas,

A pesar de las turbulencias,

Quiero seguir volando,

(L.J.Rodríguez)

 

Esa sensación una vez más. El percibir que no puedes avanzar, que tu cuerpo no te permite conseguir aquello que deseas.

Un tema complejo del que merece la pena hablar.

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 El crecimiento personal demanda oportunidades y confianza, además de valentía y voluntad propia. En ocasiones, sentimos esa inquietud en nuestro interior que tiene forma de vacío y de ilusión, todo al mismo tiempo. Las personas estamos henchidas de metas y proyectos, de aspiraciones con las cuales, retarnos a nosotros mismos para sentirnos capaces, útiles y valiosos.

En ocasiones no son grandes proyectos, en absoluto, hay veces que sólo deseamos sentirnos bien, sentirnos independientes, valientes, y seguros de nosotros mismos. Sin embargo, ¡cómo no!, encuentras barreras, las barreras del crecimiento personal.

La incomunicación es uno de los mayores problemas a los que se puede enfrentar una persona, sobre todo en el caso de los individuos que la sufren y son conscientes de ello.

Poseer dificultades en el lenguaje oral, debido a trastornos en el aparato articulatorio a consecuencia de una ataxia, una puñetera enfermedad neuromuscular degenerativa, tiene mucho peso a la hora de poder alcanzar estas dimensiones, en ocasiones, tan básicas como elementales.

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Resulta curioso ver como en ocasiones, personas que llevábamos una vida vital e intensa establecen relaciones de dependencia a causa de una discapacidad. Perder el control del cuerpo acaba generando dependencia, y la dependencia se trasforma en miedo y en inseguridad. Son relaciones tóxicas, sí… :–(

En el momento en que percibimos que nos están cortando las alas, y que a su vez, lo permitimos, perdemos todo el control de la situación.

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No permitas que lo hagan, no dejes que nadie decida por ti ni que cerque tus aspiraciones. Lo que sientes en tu interior debe actuar como una mecha y como un interruptor que debe hacerte reaccionar. El crecimiento personal requiere valentía y saber buscar ese viento que hará navegar el timón de tu barco.

Busca tu océano, emprende tu rumbo girando el rostro a aquello que te cortar las alas.

NO IMPONGAS NI VULNERES, SÓLO PERMITE Y ABRE EL CAMINO PARA AVANZAR.

 

 

 

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