Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad.
(Albert Einstein)
Etimológicamente la palabra voluntad procede del latín voluntas / voluntatis, que significa querer.
No te inclines ante la adversidad; más bien oponte audazmente a ella, tanto cuanto tu suerte te lo permita.
(Virgilio)
Todo comienza por un deseo. Has de saber lo que quieres para preparar la voluntad hacia la lucha, teniendo tus objetivos claros y bien delimitados. Porque no va a ser nada fácil, y lo sabes
Por supuesto, no todo es color de rosa.
Para realizarlo no basta con anhelarlo sino que ese deseo tiene que transformarse en algo que realmente quieres.
Es preciso saber lo que se quiere, hay que tener el valor de decirlo y, cuando se dice, es menester tener el coraje de realizarlo
(Georges Clemenceau)
Cuando la motivación e ilusión adquieren la fuerza y vigor, tienes los dos ingredientes más importantes que te empujan a “caminar” hacia adelante a pesar de las dificultades porque los resultados de lo que vas consiguiendo no vienen por sí solos.
Vivimos en un mundo lleno de decisiones, un escenario de posibilidades en el que tienes que elegir alguna de ellas y, al hacerlo, renunciamos a otras. Claro que no es un mundo justo, Hay personas que pueden elegir más, y personas que pueden elegir menos, al vivir con una situación menos favorable o limitaciones físicas que vienen dadas por el contexto de alguna enfermedad rara, como la ataxia de Friedreich. Pero también es verdad que todas las personas, absolutamente todas, acumulamos ideas prefijadas a las que no queremos renunciar y finalmente, muy pocas aspiraciones.
Todo el mundo aspira a la vida dichosa, pero nadie sabe en qué consiste
(Seneca)