¿Qué es un perro de asistencia?
Es aquel previamente entrenado para dar apoyo físico y psicológico, técnico y terapéutico a personas con necesidades especiales. Estos perros de ayuda social se entrenan durante 6-12 meses y, más tarde, son sometidos a un periodo de acoplamiento según la problemática o necesidad de su futuro dueño completando así su formación en aproximadamente un año y medio.
Pueden ser clasificados según su función respecto a su usuario y necesidades:
– Perro de Servicio. Ayuda a las personas con problemas físicos o movilidad reducida, en un continuo o en situaciones especiales.
– Perro Señal. Ayuda a las personas con alteraciones y problemas auditivos. Los perros señal también se consideran de asistencia para avisar de crisis epilépticas, hipoglucemias… a sus dueños.
– Perro Guía. Ayuda a las personas con discapacidad visual.
– Perro de servicio para niños con autismo. Ayuda a las personas con trastornos dentro del espectro de autismo.
Los perros de asistencia de las personas con discapacidad podrán entrar a todos los espacios públicos madrileños para que sus usuarios se desenvuelvan con «todas las garantías» y no encuentren obstáculos, según señaló el lunes, 9 de febrero, el presidente autonómico, Ignacio González.
¡MADRID EXTIENDE A TODA DISCAPACIDAD EL ACCESO PÚBLICO DE PERROS DE ASISTENCIA!
Para las personas con algún tipo de discapacidad, un perro puede ser más que su mejor amigo. En algunos casos también so los ojos, oídos, manos o piernas, un animal que ayuda en el día a día.
Esta norma permitirá que los perros de asistencia de personas con cualquier discapacidad puedan acceder al transporte, comercios, hospitales, colegios, centros deportivos y lugares de trabajo, algo que antes sólo se limitaba a los perros guía de personas ciegas o con deficiencia visual.
Se trata de aprovechar estos perros y sus capacidades para ayudar a personas que necesitan del acompañamiento de estos canes «para realizar de manera ordinaria sus tareas habituales», ha explicado González, quien ha señalado que la Comunidad lo que hace es «crear ese marco legal para que esta nueva medida se convierta en algo natural permitido por todos y que el uso de estos perros sean tan normal y aceptado como el que hasta ahora ha sido el de los perros guía».
Lo que se busca es que «estas personas puedan desenvolverse con todas las garantías y no encontrar obstáculos», ha remarcado González, que en su discurso ha destacado que el apoyo a la discapacidad ha sido «una prioridad» de la Comunidad de Madrid.
Por su parte, la vicepresidenta de la Once, Patricia Sanz, ha destacado lo «importante» que es esta ley porque la que está aún vigente es la de 1998 relativa a los perros guía de las personas ciegas y con esta nueva norma se da «un paso cualitativo» y se «abre el abanico» a todas las personas con discapacidad que necesitan de un perro de asistencia.
La norma contempla como perros de asistencia, además de los perros guía, los perros señal, adiestrados para avisar a personas con discapacidad auditiva; los perros de servicios, para ofrecer apoyos en actividades de la vida diaria a personas con discapacidad física; los entrenados para avisar de una alerta médica a personas que padecen discapacidad y crisis recurrentes de desconexión sensorial derivadas de una enfermedad específica como diabetes o epilepsia y los adiestrados para dar servicio a personas con trastornos del espectro autista.
En España hay en estos momentos 1.030 usuarios de perros guía, de los que 232 residen en la Comunidad de Madrid.
En la región, actualmente, se estima que hay más de 60 perros de asistencia apoyando a personas con movilidad reducida y unos 50 que asisten a niños con trastornos del espectro autista, Además, aumentan los destinados a avisar de alertas médicas y de apoyo a personas con discapacidades auditivas.
Todos los perros de asistencia reconocidos en la Comunidad deberán portar el collar distintivo y sus usuarios llevarán un carné acreditativo que identifique a cada usuario y a su perro. Además se creará un registro donde se inscribirá a los perros y sus usuarios.
La ley también contempla que los perros de asistencia que vengan de otras comunidades o países y estén acreditados previamente puedan disfrutar de los derechos y obligaciones previstos en la ley en su estancia en Madrid.
Las asociaciones que trabajan en el sector de la discapacidad valoran como muy positiva la aprobación por parte del pleno del Parlamento de la Ley de perros de asistencia, que regula la libertad de acceso, deambulación y permanencia en espacios abiertos y otros delimitados, de personas con discapacidad acompañadas por estos animales.
Preocupa que a medio o largo plazo aparezcan perros que, por ejemplo en un restaurante, molesten al resto de personas ladrando o pidiendo comida de la mesa. Es muy importante el adiestramiento y la selección de la raza. Principalmente son perros labrador, por a su carácter tranquilo, dócil, y se suma que de origen tiene cobro, es decir, llevan cosas en la boca. “Otra función de los perros es favorecer la inclusión en la sociedad, y esta raza está bien vista socialmente”, observa Gara Maquirriain, psicóloga e instructora de perros de asistencia.
En relación al adiestramiento, después de un periodo de entre 6-8 meses, en función del perro y las habilidades que debe aprender, estos canes son capaces de realizar diferentes tareas como encender o apagar luces, abrir y cerrar puertas o cajones, cobro de objetos, tiro de silla, desvestir al usuario o ayudar en caídas, por citar algunas rutinas que aportan autonomía a personas con movilidad reducida.
El texto de la Ley de acceso al entorno de personas con discapacidad que precisan el acompañamiento de perros de asistencia regulará la etapa de instrucción de estos animales e incorpora novedades como la unificación en la Consejería de Asuntos Sociales del registro, regulación y posibles sanciones ante las «dificultades» que los discapacitados todavía encuentran para acceder a lugares públicos y privados de acceso público o colectivo.
Hay que destacar la importancia de sensibilizar a la población sobre el papel que desempeñan los perros de asistencia y normalizar su presencia en los espacios públicos, además del respeto hacia las personas que los utilizan. No está interiorizado. La sociedad no está acostumbrada a este tipo de perros.
Los perros de terapia son del propietario, no del paciente. Ayudan para realizar actividades educativas, lúdicas o terapéuticas, mejorar ciertas patologías de los pacientes (a veces psicológicas también) y ayudar en la rehabilitación a niños, adultos, ancianos, etc. Pero no viven con ellos.